Si hay una tendencia que no ha podido pasar desapercibida esta temporada, esa es la de las botas rojas. Altas y, de ante, han irrumpido en todas las nuevas colecciones y son fotografiadas por los entendidos de moda a las puertas de los desfiles. La indiscreción ha llegado al calzado otoñal con este tono tan llamativo en su versión más brillante.
Como novedad (que se añade a la versión XL, denominada en el argot adecuado como thigh high boots; o lo que es lo mismo, botas de caña hasta el muslo), es su tejido. Mucho más elástica que en ocasiones anteriores llegando a simular durante este otoño-invierno la forma de un calcetín o media. Una tendencia muy recomendable para aquellas con piernas demasiado delgadas. Además, ayuda a que éstas se puedan llevar por encima de la rodilla o de forma arrugada por debajo de la misma.
Como opciones, la bota roja con el denim es una de las apuestas más vistas, dando un toque retro a nuestro vestuario, pero también se combina con marsala o vino, uno de los colores designados por Pantone como el color del año hace un par de temporadas. Ahora, después de un tiempo, comparte protagonismo con el rojo chillón. Una apuesta transgresora y no apta para poco atrevidas.
Se ha visto en las pasarelas de medio mundo. En firmas como:
Fendi
Balenciaga, que apuesta por una versión bota-media hasta la cintura que no ha calado demasiado en los grandes almacenes low cost. Apuesta por tejidos como el terciopelo o, incluso, el encaje.
Esta propuesta, no obstante, es algo más moderada.
También han llegado al imperio Inditex a través de Zara
Ganan las apuestas arriesgadas de mezclas de color ochenteras, así como el uso de faldas midi que no dejen nada de piel al descubierto. En su mayoría los estilismos apuestan por prendas superiores de mayor fluidez dando protagonismo al ajustado en la parte inferior.
Wappíssima
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