Andalucía

El Quema también se llena de agua para los rocieros

El Vado de Quema antes y después de las lluvias.

El Vado de Quema antes y después de las lluvias.

Las lluvias de Semana Santa le han devuelto la vida al río Guadiamar, que es la principal entrada de agua en el espacio natural de Doñana. A medida que se llena la marisma, también se anegan algunos de sus lugares más emblemáticos, como el vado de la finca Quema, uno de los referentes de la romería del Rocío. Las imágenes tomadas hoy mismo muestra cómo el Guadiamar ha ampliado su cauce hasta llegar a la figura de la Virgen.

La romería del año pasado generó una polémica porque el delegado del Gobierno andaluz en Sevilla, Ricardo Sánchez, solicitó a al Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que desembalse agua de un pantano para que los rocieros pudieran recrearse en el vado, pero las propias hermandades juzgaron que no era necesario en tiempos de sequía. Finalmente, unas pocas lluvias dejaron un reguero de agua para esas fechas. 

La romería de este año se celebra del 17 al 20 de mayo, por lo que habrá caudal suficiente para dejar la escena del cruce. Más allá de esto, lo positivo es que el río Guadiamar ha comenzado a inundar parte de la marisma de Doñana. La zona de Entremuros ya tiene agua, mientras que en zona de la Estación Biológica de Doñana ya una lámina somera que aún no es visible por la abundante vegetación.

Sí se han llenado algunas de las lagunas del parque, como la de Santa Olalla y las del cordón dunar. 

Hay que tener en cuenta que el agua llega a Doñana por tres vías: por la recarga del acuífero, por los aportes del Guadiamar y otros arroyos y por la propia precipitación. Durante el mes de marzo, en la zona de la Estación Biológica, se han recogido 142 litros por metro cuadrado. Las lluvias han sido más copiosas en la cuenca alta del Guadiamar. De hecho, el embalse del río Agrio se abrió a mitad de la Semana Santa

A lo largo del actual año hidrológico se han recogido en Doñana 494 litros por metro cuadrado, que lo aproxima a la media anual de 520 litros por metro cuadrado. Las previsiones aún apuntan a que abril será un mes lluvioso, por lo que es posible que el parque presente un buen aspecto para la nidificación de aves de esta primavera. El parque llevaba 13 años con precipitaciones inferiores a la media, una situación que aún se agravaba más por la sobreexplotación de tres de las cinco masas de agua en las que se divide su acuífero.

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