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El juez procesa a la madre de la niña que resultó herida en un incendio en Sevilla

Bomberos y 061, en el lugar de los hechos, el 18 de marzo de 2023.

Bomberos y 061, en el lugar de los hechos, el 18 de marzo de 2023. / Emergencias Sevilla

Un juzgado de Sevilla ha procesado a la madre de la niña que resultó herida en un incendio en la barriada de San Pagés, el 18 de marzo de 2023. La menor, de cuatro años y con autismo, presentaba quemaduras en el 47% de su superficie corporal. La madre será juzgada como presunta autora de un delito de abandono de familia, pues no se encontraba en la vivienda en el momento del incendio. En el piso, además, los bomberos y la Policía encontraron pruebas de que se consumían drogas.

En un auto fechado el 2 de mayo, el titular del juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla, Manuel Centeno Campoy, acuerda el procesamiento de la madre de la menor. En la resolución, el magistrado hace un breve relato de los hechos. A las seis y diez minutos del citado día, el juzgado, que estaba de guardia, recibió una llamada de una doctora de la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío, que comunicaba que había ingresado una niña de cuatro años con graves quemaduras por un incendio ocurrido en la calle Samaniego.

La Policía acudió al lugar de los hechos y allí se personó la madre de la menor, que manifestó en una primera versión "que había bajado a la calle sin dejar a la menor con nadie". Posteriormente modificó esta declaración y admitió que había estado más tiempo fuera de la vivienda. Los policías observaron que la vivienda se encontraba en "un estado deplorable de conservación, sin reunir los requisitos mínimos de salubridad e higiene". El piso funcionaba como punto de venta y fumadero de drogas. 

Los Bomberos, en el lugar de los hechos. Los Bomberos, en el lugar de los hechos.

Los Bomberos, en el lugar de los hechos. / Emergencias Sevilla

En un principio el caso se archivó, ya que había unas sospechas de una agresión sexual al apreciarse un color rojizo en la orina de la niña. Se activó el protocolo de agresiones sexuales, pero este extremo se descartó tras las numerosas pruebas realizadas. El color de la orina era compatible con uno de los medicamentos que se le administraron a la menor para mejorar su respiración tras el incendio. Todos los análisis forenses que se le hicieron a la niña dieron resultado negativo. No se apreciaron lesiones en sus zonas íntimas. 

Tras estas pruebas, el juzgado decretó el sobreseimiento de las actuaciones. Sin embargo, el padre de la menor (representado por el abogado Javier Jaenes, del bufete Montelirio) presentó un recurso solicitando que se investigara al menos a la madre por abandonar a su hija. La madre se había marchado a pasar un rato con su novio dejando a la pequeña con su compañero de piso, que estaba dormido y no sabía nada (y que a la postre fue la persona que rescató a la niña con vida), en una vivienda en la que se encontraron sustancias estupefacientes. 

Los padres de la niña estaban separados y no tenían régimen de visitas ni ningún acuerdo firmado. Tienen dos niñas en común, una mayor que vive con la abuela materna, y la menor, que reside habitualmente con el padre. La madre pidió al padre que le dejara a la niña unos días y éste accedió. Fue en esos días cuando se produjo el incendio.

Se desconoce cómo se inició el fuego, pero sí se sabe que tres días antes la madre había sorprendido a la niña quemando un colchón con un mechero. La madre se ausentó para pasar unas horas con su novio y dejó a la niña en la vivienda, en la que estaba durmiendo el compañero de piso. Tanto la madre como este compañero son consumidores habituales de estupefacientes y se encontraron drogas en el piso.

La niña salvó la vida gracias precisamente a que el compañero de piso, que acababa de salir por su propio pie del piso, se dio cuenta de que la menor podía estar dentro y entró a por ella. Cuando llegó al hospital Virgen del Rocío, tenía el 47% de su superficie corporal quemada y llevaba la cara, los brazos, las piernas, el tórax y el abdomen vendados. La menor padece un trastorno del espectro autista y no habla.

La Policía Nacional encontró en la vivienda un paquete con 36,20 gramos de hachís, entre otras sustancias que podrían ser estupefacientes y de corte, así como una báscula de precisión para el pesaje de drogas y una trituradora con restos de hojas de marihuana. Igualmente, en el atestado, la Policía hizo una descripción de la vivienda, que se encontraba en "un deplorable estado de conservación, sin reunir los requisitos mínimos de salubridad e higiene, así como de organización indispensables para el desarrollo normal de la vida cotidiana".

Relatan los agentes que el mobiliario estaba destrozado, "con estantes de TV, puertas de armario, mamparas de baño y estanterías fracturadas o tirados por el suelo". En las habitaciones había colchones por el suelo, "en contacto directo con la suciedad del mismo". Esta suciedad era habitual en toda la vivienda, "encontrándose botellas de alcohol (litronas de cerveza y licores), bolsas de basura y restos de consumo de todo tipo de estupefacientes (cigarros tipo porro, bolsitas redonda típicas de gramo de cocaína)". Además, la ropa estaba desordenada y tirada por el suelo. Para la Policía, todos estos eran indicios de una "actividad ilícita relacionada con el tráfico de drogas".

El abogado Javier Jaenes, que representa al padre de la víctima. El abogado Javier Jaenes, que representa al padre de la víctima.

El abogado Javier Jaenes, que representa al padre de la víctima. / José Ángel García

Tras el primer archivo del caso, el abogado Javier Jaenes presentó un recurso contra esta decisión. El documento del letrado que representa al padre de la niña herida se centra en la cuestión del abandono de la menor por parte de la madre. Recordaba el abogado que se está investigando a una madre que "dejó sola en la vivienda por varias horas" a una menor con espectro autista severo, que el piso salió ardiendo, que en él había drogas y que la niña sufrió quemaduras en buena parte de su cuerpo. 

"Lo que realmente debiera investigarse aquí, y por tanto depurar responsabilidades, es que la madre conocía y sabía que una menor de cuatro años de edad con autismo severo, encontrándose en soledad, tendría acceso a las citadas sustancias estupefacientes y útiles que se encontraron en la vivienda, o bien autolesionarse por el resto de elementos que existían", apuntaba el recurso de Jaenes. El abogado recuerda que "el deber de cuidado de un progenitor lo es durante las 24 horas del día" cuando la menor se encuentre con él.

"Dicho abandono temporal de la menor trajo como consecuencia que sufriera quemaduras de gravedad de tercer grado en el 47% de su superficie corporal y su posterior ingreso hospitalario en el Virgen del Rocío durante meses y de cuyas lesiones sigue recuperándose a día de la fecha y con las importantes secuelas que tendrá de por vida", concluía el recurso de la acusación particular, estimado por el juez del caso, que ahora ha acordado el procesamiento de la madre al entender que los hechos pudieran constituir un delito de abandono de familia.

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