Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

La política bochornosa

Comentar los resultados de unas elecciones con un día de retraso es como felicitar un cumpleaños una semana tarde

Alguien dijo que la política es aquello que envuelve, como el aire de bochorno, a las personas corrientes mientras viven sus pequeñas vidas movidos por su gran corazón. Gentes que danzan o juegan cuando pueden, que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos descansan bajo la tierra (esta última frase es un corta y pega de varios versos de Antonio Machado, como quizá habrá usted reconocido). La política es necesaria, y aspiramos a que sea democrática, aunque los jóvenes van dejando de valorar el sistema parlamentario y el multipartidismo, que fragmentario y plurinacionalizado puede producir monstruos: aceptemos elecciones continuas y mercadeo de cuotas también continuo como monstruos de compañía, ¡y tanta compañía! Más seguidos, dicho por intensos, que los mosquitos –de 20:00 a 07:00– y las moscas –el resto del día–, que ya han venido para quedarse.

Las elecciones son fijadas con criterios de marketing, o sea, de propaganda, campaña promocional, cuotas de mercado, precios de los escaños y áreas de venta de ámbito local, regional, nacional y europeo. Todos esos espacios electorales están tácticamente relacionados. Espero que no resulte antidemocrático sugerir una cámara de compensación de votos, y ya puestos, una reducción de los asientos parlamentarios, a la postre sometidos al personalismo del líder de turno y pastoreados en clave Fuenteovejuna, todos a una, con una alucinante obediencia en la que cabe, y no quiero señalar, abrazar el digodiego, el cambio de criterio del amado líder, la maleabilidad de los principios.

En este vértigo pegajoso, comentar los resultados de unas elecciones con un día de retraso es como felicitar un cumpleaños una semana tarde. Todo se ha dicho. Pero no está de más hacer notar lo evidente: las elecciones sucesivas y agotadoras sirven sobre todo a la clase política en su maraña, a sus constelaciones y a sus órbitas partidistas y personalistas: Puigdemont resucitado, el moderado Illa victorioso, aunque no sabemos qué hará con él el rey Sancho de la Moncloa. El separatismo con los neumáticos pinchados; exceptuando, lo dicho, el otro rey absoluto y visionario, generalísimo de las amnistías, soberano de los maleteros Ultrapirenaicos y Señor de Flandes Citerior y el Rosellón. A riesgo de resultar repetitivo, recordemos: algo malo se está fraguando si las nuevas generaciones no “compran” un sistema democrático en el que no les va nada, porque sienten que se dedican a cosas ajenas a la realidad. Puro Machado machacado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios